martes, 8 de octubre de 2013

Alejandra...

No soy buen escritor, ni buen poeta.  Dudo que mis palabras lleguen a tu corazón, oculto bajo esas piedras.
No se que hora es. Ni en que dia vivimos, pero eso es lo de menos.  Nunca es tarde para decirte que te amo.
Mi corazón esta hecho pedazos, pero cada trozo lleva tu recuerdo.  Lo gritan en silencio, mientras mis ojos lloran tu nombre. Ya no hay mañana mientras mi sangre no corra por mis venas.
Siento dolor. Lo llevo tatuado en la piel y lo sabes. He perdido el diccionario que traduzca palabras de amor... te estoy perdiendo a ti.
Venderían mi alma al diablo por recuperarte, pero no me es posible... mi alma te pertenece a ti.
Mis ojos ya no ven el horizonte, el sol ha quemado mis párpados.
El aroma de tu pelo cubre mi ser. Te amo y ya no lo puedo ocultar. Hoy es un dia mas, hoy es un dia menos. Cierro mis ojos e imagino tu sonrisa mientras tu voz me susurra al oído un "Te quiero..".
Despierto y tus labios no estan a mi lado. Sangre sale de mis ojos. Cada rosa tiene espinas y su belleza se marchita... la belleza se apaga y mis lágrimas no bastan.
Mis insomnios llevan tu nombre, mientras el viento se lleva las caricias que le robo a tu hombro.
Entre en ese estado de coma placentero del cual jamás hubiese querido despertar. Mas mi sueño hoy se ha vuelto pesadilla,
; y mientras mi respiración se agita, mis latidos van al compás de tus pasos. Donde vas? Donde estas?
El sol no ilumina mis días si tus ojos no guían mi camino. Los pájaros no cantan al alba al no oír tu voz... y yo no vivo si tu aliento no alimenta mis pulmones.
Vivo sin hacerlo, camino sin destino alguno, observo sin mirar y muero por ti sin ser amado.
El opio no alivia mi enfermedad, el sueño no cura mi ansiedad.
Matame ya... se cruel y destrozame ya. No me dejes vivir mas. Bebe mi sangre y vuelvete inmortal. Que el amor que yo te tengo baste una eternidad y seis días mas... porque al séptimo resucitaré para volver a morir.
Mienteme mas. Que tus labios envenenados maten el dolor de tu desamor. Mienteme mas y que tu lengua cure estas heridas que desangran mis lágrimas.
Y cuando me vaya que en mi lápida diga "Murió sin ser amado, pero se fue conociendo el amor"
Haz el bien con tu mal. Olvidame y no pronuncies mi nombre, no vaya ser que invoques mi fantasma  y mi espíritu atormente tus noches sin sueño.
Nunca es tarde para decir que te amo. Ni nunca sera demasiado pronto para regresar al pasado.
Los finales felices no existen, ni las hadas en los cuentos.  El sol no saldrá mañana para mi, aunque sus rayos acariciaran tus mejillas en mi nombre.
Sonríe, mira hacia arriba. Quizá nuestras miradas se encuentren. Ambos vemos el mismo cielo sin observar las mismas estrellas; yo las veo bajo lágrimas, mientras tu ries.
Que el brillo de tus ojos jamas se apague. Que el calor de tu piel cobije mi soledad.
A donde se fue el amor?  Murieron nuestros sueños? Despertamos antes de tiempo? Quien se robó tu corazón?
No tengo palabras. No tengo argumentos. No te tengo a ti.
Solo tengo una cosa mas por decir...
Te amo... Alejandra.

lunes, 12 de agosto de 2013

Sólo...

Miedo. Temor. Más nada.
Brillo extenuante de estrellas, una mirada vacía, sangre coagulada en las venas y un corazón frío que ha parado de latir. Lágrimas que no salen y llanto que se acalla en mis labios.
Tres letras muy simples de pronunciar y que sin embargo mi memoria se niega a repetir. Nadie como tú, pero en todos los rostros tú cara e imagen.
Reflejo invisible en el espejo, luz apagada desde el cielo.
Tatuaje incoloro en el alma. Risa en el infierno por esta broma del cielo.
Temor a decir que te amo mientras muero. Dolor a decir que te quiero por la sangre que saldrá de mis labios.
Aire contaminado en mis pulmones, una voz callada por la desilusión.
Un juego de azar perdido por una apuesta sin sentido. Calor apagado por el frio de tú mirada.
Cascada vacía en el lago del olvido. Brazos abiertos hacia el vacío. Música fúnebre el día de nuestras sonrisas.
Somos dos cuerpos bailando bajo el fuego de un cometa sin luz. Dos sombras que reflejan la oscuridad de nuestro sentir. Dos voces que no se oyen ante el suspiro de un susurro de falsedad.
Pacientes muertos en la sala de espera que aún sueñan con sanar. Heridas que no se abren para no cerrar.
Corriente estrellas en la roca. Idioma universal que ni el creador entiende. Cadáveres que se niegan a resucitar.
Eso y más, mientras se es menos.
Tomando un poco de tiempo y sin saber lo que es el amor, pero sabiendo que el desamor existe. En esta vida, y quizá en otra.
Final feliz no hay, porque el inicio fue sin sonrisas.

lunes, 27 de mayo de 2013

Pedacito

Si hoy fuera mi último día, si ahora se terminara el mundo y tuviera un último deseo...
Si acaso se me concederá decidir entre una gloria eterna en solitario, o unos últimos instantes de existencia a tú lado.
No lo duraría, no lo pensaría. Mi decisión está tomada de antemano. Escrita en la palma de mi mano, reservada mi estancia efímera.
No quiero un paraíso sin ti. Prefiero la condena eterna a tú lado. Quejarme bajo el fulgor de ti mirada, arder entre tus brazos, derretirme con tus labios.
Morir por ti, es una bella penitencia. Condenarme junto a ti, el mejor de los castigos. Que mi infierno sea entre las llamas de tú pasión y que mi alma se consuma junto a la tuya.
Un huracán de dolor placentero. Sangre hirviente corriendo por mis venas mientras mi carne se deshace entre tus uñas.
Magia negra que me hechiza, tus ojos me fijarán hasta el final.
No quiero una eternidad de cantos celestiales, prefiero unos segundos escuchando tú voz. Quiero perderme en la oscuridad de tú mirada, quitarme en el calor de tú garganta. Para que una muerte dulce, si puedo sufrir con tú sonrisa.
Fundirme entre ríos de lava para transformarse en recuerdo eterno a tú mano.
Eres mi infierno personal.

domingo, 26 de mayo de 2013

Bocanada

Veo humo en el aire, saliendo de unos labios que no son míos.
Hace meses que te fuiste, tú vida viajó en el viento, separando ese hilo de plata que unía tú cuerpo.
Pocas veces hablamos, no fueron muchas palabras, pero si bastantes recuerdos. Hoy tengo una pregunta para ti, pero se que no la puedes contestar.
Hoy eres ese ángel que vela porque mi existencia continúe, eres ese espíritu que levanta mi carne cuando tropieza. Nuestras diferencias ya son similitudes.
Te fuiste pero sigues aquí. Una página no leída de algún capítulo en mi vida, que el viento de la muerte arrancó antes que pudieran mis ojos contemplar la real belleza de tus letras.
Duerme mientras tanto, sueña tranquila, que el rumor de las lágrimas contenidas no interrumpa tú descanso. Que el murmullo de las promesas tardías sean la música que arrulle tus pensamientos inconclusos.
Eres esa cocinada de humo que cruza el ambiente, esa voz que menciona mi nombre en mi soledad, la sombra que se ve a través de está oscuridad.
Pasea bajo la luz plateada de la luna y sonríe a cada paso. Firme como la tierra, transparente como el aire. Así es tú recuerdo.
Nos veremos algún día, al otro lado del silencio. Donde los labios no necesitan separarse, ni los parpados abrirse.
Allá donde los nombres no significan nada.
Te fuiste por la puerta que yo abrí un par de veces y no pude cruzar. Y si algún día vuelvo a pararme frente a ella, toma mi mano y no me permitas abrirla.
Vania, hasta siempre.

lunes, 25 de febrero de 2013

Elemental

Arde la ciudad, el cielo estalla en llamas y las nubes sulfuran su aliento. Aún así dentro de mi hay frío, hay una glaciación en mi corazón.
La luz impide ver más allá de mi camino, el cuál se guía a tientas, al oído de una lira que me dice "Ven".
Ya nada importa, ya nada es real. Pertenezco a otro mundo y mi recuerdo es parte del pasado. Imagino vidas eternas, al continuo compás de una danza rota.
Con rúbricas de sangre firmó el pacto de una vida oscura con un iluminado final.
Prometieron una luz al final del túnel, pero esto es sólo un círculo continuo. El eco de un resplandor sin trazos, las alas de un vuelo inanimado, el deseo de un aliento desgarrado. Lamentos inconclusos en un acorde desafinado.
Somos dos y no somos ninguno. El número par que no fue imaginado por los romanos. La civilización que conquistaron las sombras de un imperio derrocado.
Toma mi mano y caminemos juntos, lanzemonos al pozo de esas aguas de las que nadie regresa. Mezclemonos con esa vida eterna que todos anhelan. Que tus días iluminen mis noches y que mi estrella opaque el brillo de tus lágrimas.
Sonríe mientras puedas, imagina hasta donde tu ser te lo permita. Que el brillo de tu cabello no se pierda en esta inmensidad, para que mis párpados no extravien el final del camino.
Poesía en la tierra escrita con ramas de una vida seca, mientras la arena se endurece.
Terremoto fugaz que derriba la conciencia y hace perder la razón. Abracemonos juntos mientras el tiempo lo permita. Arrepiéntete del ayer, que el mañana es hoy, y no digas que me amas si no sientes dolor.
Quema mis ansias y bebé el vino de la pasión del pecado, que yo miraré a la ventana mientras tu te embriagas y observas entre tus piernas mi rostro descansar en ti.
Me evaporare en tu garganta mientras pronuncies mi nombre, para así ser ese aliento de vida que se extingue en un gemido de placer.
Cerremos los ojos, y que esta oscuridad sea eterna...


domingo, 9 de diciembre de 2012

Odiame

Se que falle, se que te perdí. Mis ilusiones así como mi corazón, están hechas pedazos. La tinta de mi sangre no alcanza para escribirte cuanto lo siento.
Odiame, odiame mucho. Eso es lo que merezco. Que tu indiferencia acabe por secar mi alma. Que tu rencor acabe por deshacer mi ser. Dime cuanto me detestas, gritalo al viento, que hasta mis oídos llegue esa voz llena de coraje.
No quiero compasión, no pido tu perdón. No soy la víctima que tu dices que soy... No, yo sólo soy cómplice de mis errores, arquitecto de mis actos y condenado de mis equivocaciones.
Que te mentí, lo acepto. Que te engañe, lo reconozco... Que te fale, ni hablar.
Pero también quiero que te quede grabado que: Como tu ninguna, que sólo mi corazón late por ti, que mis ojos lloran tu adiós.
Pero aún así, quiero que me odies, que eso que sentias por mi ya no sea cariño. Que si deseas verme, sea seis metros bajo tierra. Con el pecho frío y los labios que te ocultaron todo, ya cerrados.
No quiero que me arrojes una sola flor, no deseo que leas mi epitafio. Odiame, porque sólo así, mi corazón se vera obligado a retirarse de ti.
Odiame sin clemencia, odiame en tus oraciones, odiame cuando amanezca, odiame hasta que la vida anochezca.
Que mientras tu me odies, yo te seguiré queriendo. Odiame, te lo pido por favor.
Que mi corazón podrido por sentimientos equivocados sienta tu desprecio. Que esta escoria en la que me he convertido no conozca el descanso. Y mi sed sea eterna.
Menor castigo no merezco que tu olvido. Que seas feliz es mi deseo, que tus labios sean de un dueño digno.
Mi sangre ya es aceite, y mis pensamientos sólo vapor en el aire. Pero aún así, aún así te pertenecen. Y que el día que pronuncies mi nombre, sea con lágrimas en los ojos... Pero lágrimas de odio.


miércoles, 5 de diciembre de 2012

Sueños no realizados.

Alguna vez estuve a las puertas de la muerte, tocando la aldaba pero nadie adentro escucho, o nadie quiso atender mi llamada. No solo lo hice una, sino dos veces… Y no dudo en que algún día quiera volverlo a hacer.
La primera ocasión fue solo un sueño largo, una siesta narcótica. No  sentía nada, solo flotar y escuchar voces a lo lejos, un vacío inenarrable. Una soledad absoluta… Pero no había calma, no había tranquilidad ni esa paz del alma de la cual todo mundo te habla. No, había desesperación, había dolor, había sufrimiento interno que pugnaba por no dejar salir el alma del cuerpo y mantenerla atada a él. Aunque este ya no tuviera vida.
Un sueño pesado, al cual al principio quería entrar, pero una parte mía luchaba por despertar. Una oscuridad abismal rodeándome, un caer en un pozo sin fondo, un túnel sin fin ni luz al término.
Solo un viento helado acariciando la piel, murmullos ininteligibles al oído. Palabras huecas llenas de rencor que no sabía de donde venían, pero hacia mi estaban dirigidas. Luego, un sopor, una tranquilidad momentánea, que quisiera fuera duradera, pero no… Un sobresalto agita la calma, un golpe al pecho, un dolor en las entrañas que me recordó que aun estaba vivo, que aún no podía cruzar la otra puerta ni saber que hay más allá de esa tierra de silencios.
El despertar no fue agradable, una pesadez en los ojos, un dolor en el estómago y una resequedad en los labios que no se le desean a nadie. Ruidos y susurros que se convertían en gritos, punzadas en la cabeza. Parecía que había tenido suficiente con esa visita.
Pero no fue así, no conforme con la primera experiencia lo volví a intentar. Tratando de robarme a mí mismo el aire, de cerrar mí garganta y mis palabras quedaran guardadas solo para mí…
De nuevo el mismo dolor, pero ahora más intenso, mas soledad, nada de agradables recibimientos ni de un viaje a través de un túnel. No, solo una suspensión en tiempo espacio, lugar y momento.
Una enorme tristeza se apodera del corazón, los sentidos dejan de funcionar, y al final no se siente más nada… Solo un constante golpeteo en el pecho, el corazón quizá. Un vaivén que no sabes si eres tú, o es alguien que te agita.
Un dolor de cabeza intenso, más que cualquier otro… Y al final nada otra vez.
El despertar es aún más rudo que el anterior. Dolor por todas partes, entumecimiento de los miembros, y una sensación de culpa intensa. Una resaca moral, que no supe si fue por no volver a ser recibido, o por todo lo que olvidaba aquí.
Pero a pesar de todo. El haber visto las luces de muerte, me dan ganas de estar ahí, de volverlas a visitar, de volverlas a mirar…